lunes, 6 de septiembre de 2010

Francesco Polare o el re-diseño

Tengo una mordaza, quiero una librería. Eso es lo que ha pensado el diseñador italiano Francesco Polare. No hace falta nada más que colgarla de la pared o de cualquier otro sitio para que cumpla su función.

Me parece una solución estupenda en hogares modernos y que por su capacidad resulta idónea en aquellos rincones que solemos destinar a la lectura: junto al sofá, en la terraza, en el cabezal del dormitorio o ¡por qué no! en el cuarto de baño.
Colocamos los 4 o 5 libros que llevamos en danza y ajustamos la herramienta obteniendo una solución portatil cuya ubicación no es fija ni obligatoria.
Librería Newton: oportuna inspiración!!

6 comentarios:

  1. Cuando vemos estos sencillos pero ingeniosos deseos, nos baja un poco la autoestima al pensar: ¿cómo no se nos ha ocurrido antes?.En fin, ya trabajando el nuevo curso. Te deseo una buena semana.Besos

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  2. Me dan mucha rabia estos inventos tan sencillos, hay veces que cobran trascendencia y te solucionan la vida a ti y/o a tus sucesores, como el mocho o el chupa-chups ¿cómo no se nos ha ocurrido antes y cómo no se nos ha ocurrido antes patentarlo?

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  3. Otra book shelf como la de Vinçon, eh?, en un proyecto menos minimalista, o más rudimentario. Me alegra la posibilidad de verte por aquí a diario. Feliz reentrada y muchos post. Un abrazo.

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  4. Ahí va, pues no conozco el modelo de Vinçon pero esta me impactó por su sencillez. Feliz vuelta de las vacaciones, Azul.

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  5. Me encantaría ser así de ingeniosa. ¡Cuantas cosas tengo arriconadas en el trastero que podrían cobrar vida con otra utilidad y no las veo!

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  6. Imaginación al poder, Decodeliziosa, a diario utilizamos trucos en casa que son de lo más originales y por la rutina no los valoramos.

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Dime, dime...

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